
El verano es, sin duda, la mejor estación para que las marcas lancen sus campañas más potentes con el objetivo de atraer nuevos potenciales consumidores, incitar a la compra y mejorar su imagen de marca. Como vamos a ver, las razones por las que esto ocurre, no son pocas.
Y es que, más allá de las clásicas campañas de rebajas de verano, son varios los informes que hablan a las claras de que es durante la época estival cuando mejores condiciones se dan para lograr impactos más potentes en los consumidores, en parte como consecuencia de la presencia de los días más largos del año y el impacto que estos tienen en su estado de ánimo en la que es, como consecuencia de la llegada de las vacaciones, la época con más tiempo libre para la mayoría de los trabajadores.
Así se cuenta, por ejemplo, aquí, donde además se nos regalan una serie de consejos sobre cómo realizar las mejores campañas de verano que todo creativo debería tener muy presentes a la hora de diseñar un plan de marketing que, como veremos a continuación, debe elaborarse siempre teniendo muy presentes tres factores clave en busca del éxito: el target preciso al que nos dirigimos, el análisis del momento de compra y la creación del mensaje a transmitir.
Qué tener en cuenta a la hora de realizar una campaña de marketing en verano
En cuanto al target, es imprescindible subrayar la necesidad de definir con la máxima precisión el público objetivo al que nos dirigimos, ya que solo así podremos lanzar una campaña de verano bien segmentada que sea capaz de conseguir los mejores resultados, en el menor tiempo, con el mayor retorno y con el menor gasto posible.
En relación al momento de compra, es necesario revisar los estudios que hablan de los momentos de mayor relajación de los consumidores ya que son estos en los que a quienes nos dirigimos se encuentran más predispuestos a convertir tanto las compras programadas como las generadas a través de impactos publicitarios.
Por último, y lo más importante, se debe trabajar en la creación de un mensaje que incite y llame a la acción en busca de motivar la compra del producto o servicio que se promociona. Para ello, según los expertos, nada mejor que aprovechar la mayor predisposición a recibir impactos publicitarios de los consumidores y aprovechar para lanzar campañas más largas, más creativas y con más contenido.
Cabe destacar que el verano es la época en la que más horas pasamos al aire libre, tanto con la familia como con los amigos, en las que tenemos una mayor predisposición a recibir impactos publicitarios, en la que respondemos de mejor forma a los colores vivos con mensajes positivos y alegres y en la que, por la suma de todo esto, nos convertimos en más maleables a la persuasión publicitaria.
Por todo esto y mucho más las grandes empresas aprovechan para lanzar sus macrocampañas durante los meses de julio y agosto, y las pequeñas y medianas programan sus únicas campañas anuales durante estos meses de más calor, más felicidad y más ganas de vivir.
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